dimanche 9 août 2009

Mon ami, le grand poète péruvien Feliciani Mejia a traduit quelques-uns de mes poèmes en espagnol. Qu'il en soit remercié!


ANTOLOGÍA VANTCHEV



ATHANASE VANTCHEV DE
THRACY
TRADUCCIÓN



FELICIANO MEJÍA

DE

DULCES ATISBOS DEL CORAZÓN

DOUCES CLAIRVOYANCES DU COEUR



EL HOGAR ÍNTIMO
A REDA

“Como si mi mirada reencontrara la suya”
Ahmed Shawki,
Majnun Laïla

I

Avanzará usted vestido
del suave canto de las cigarras,
florecido de jazmín el corazón y el alma pleno
de miríadas de estrellas nuevas.

Precavido, sonriente y ligero
como si tuviera en vuestras manos
una preciosa copa de cristal celeste.

La tierna brisa nocturna
insuflará vida a la flama del cirio
encendido en la mesa puesta.

Usted llenará el cuarto
de los instantes cálidos
que dan a la tristeza
ese extraño sabor
de felicidad desconocida.

Ahí, donde la vida le puso,
ahí, donde el destino lo ordena
¡usted completará el gesto de la divina
Amistad!

¡Y las horas transidas de ternura
pasarán una a una
de vuestra alma
a la mía!


II

Vuestros gestos delicados
harán bacilar
los sonidos y los sentidos de las palabras
para enseñar a mis dedos
la transparencia fluvial del gozo.

Aquí será el centro votivo del mundo,
la cureña sideral de la vida,
donde la explosión de la desesperanza
será imposible para siempre.

El aire, entre nosotros,
será ese puente invisible
que une, en un encuentro festivo,
las dos orillas
de nuestras lejanas existencias.

¡Ah, mi Amigo,
todo este reino será oculto en los signos
como versos escritos al unísono!

París, 6 de julio de 2008.



LA ANCIANA CAMPESINA DE BULGARIA

“Sancti et justes, in Domio gaudete, alleluia.
Vos elegit Deus in haeritatem sibi, alleluia”

“Santos y justos, regocíjense en el Señor, aleluya.
Dios os ha elegido como herederos, aleluya”
Himno a los Mártires.

Eh ahí la anciana campesina de Bulgaria:
negro vestido,
cofia negra,
mandil negro,
medias y zapatos negros.

Ella lleva sobre sus robustos hombros
toda la ternura del amanecer de Tracia,
todos los rayos del sol que se disputan
la verdad de su inmenso amor.

Decidida camina hacia su campo:
Simple es su gozo como los yerbajos
que rozan su cuerpo seco,
apacible como la llanura donde riela,
profundo y tranquilo, el río milenario.

Seducidos por su bondad,
miles de insectos chispean en su derredor
en danza desenfrenada,
atraídos por la mansedumbre de su mirada,
la nueva luz repleta de oro
los surcos silenciosos de su rostro claro.

Finalmente, ella está ahí,
en el centro de su paraíso
de miles de perfumes imantados.

Lentamente, ella se arrodilla,
da gracias al Señor,
hace el signo de la cruz
sobre su pecho trémulo,
con ardor ofrece su alma
a la gran santa Virgen
y deja caer algunas lágrimas por sus muertos...

Cumplido el deber con el cielo, homenajeados los difuntos,
con una mano amorosa se pone a acariciar
los tiernos colores de los frutos
nacidos por la noche.

Y vibra su cuerpo como vibra su gratitud,
canta su corazón y siente un goce
similar al de Platón al tener entre sus manos
los textos de sus Diálogos.

El mismo fervor ilumina sus ojos, el fervor
que hacía llorar de éxtasis al joven Keats
apretando contra sus labios un soneto etéreo.

Alma,
lo puro, lo grácil, lo delicado
viven así de la misma manera
en todas las almas humildes y laboriosas.

¡Como átomos turbulentos,
la esencia divina imprime su movimiento armonioso
al conjunto innombrable de las galaxias!

París, 30 de junio de 2008.


TRES BOTONES DE PEONIAS Y UNA VISIÓN

a Robert Bly
* Una mujer canta en el otro lado del muro
una melodía de gozo en una ciudad desierta.


SOLLOZOS PÚRPURAS

In Memoriam James Osccco Anamaría

“Miras la noche, mi Astro: Ah, si fuera
el cielo de millones de ojos para contemplarte mejor”
PLATON

Esta tarde, mi adorado hermano,
los sollozos limitan el poder
de expresarte mi amor.

¡Hago ofrenda de la primavera de mis ojos
a tu muerte! ¡Te ofrezco
el satén del día por mortaja
y los suaves labios del año bisiesto
para cubrir con el velo de sus besos
la inocencia de tu rostro ensangrentado!

Tú y la inmortalidad, unidos hoy,
en el anillo de oro del tiempo,
aguijonean la muda soledad de tu pueblo.

Pálidas manos, ciegas pupilas
que dejasteis desplomarse el cuerpo esmeralda de estrella
al borde de la ruta
en la ausencia púrpura del Buen Samaritano.

¡Hermano, hermano de mi Palabra,
no, yo no se rezar por tu alma!
Con sus dedos abruptos
el dolor borró las sílabas de los salmos
de todos los altares de la memoria.

Y yo no conozco más
que la seráfica gramática de la Grande Caridad,
el alfabeto de los irrevocables Himnos del Amor,
la mística aritmética de la Devoción
en el antiguo Culto de los héroes.

¡Oh Madres, santas Madres del Perú,
vengan,
enciendan esta noche las velas de vuestros corazones,
extiendan
el ungüento y la luz de vuestra blanca misericordia
sobre el rubí enrojecido de esta boca asesinada!

Esa boca que ha cantado con las llamas de su sangre
la más bella oda
a la divina Libertad.

Y tú, Señor de la Paz,
avanza ligero, invisible y tierno
hacia el arpa de ese cuerpo de jazmín,
acércate Señor, y pon tus dedos irisados
sobre las cuerdas malogradas del corazón
del Poeta inmortal,
tu Amigo, tu Cantor,
tu Compañero,
tu Glorificador amoroso.

París, 9 de mayo de 2008.
El poeta peruano James Oscco Anamaría (1970-2005)
fue salvajemente asesinado por tortura.

TRES VIOLETAS
A Priscilla.

I

¡No, no la toquen, amores,
está tan bella, dormida con su vestido blanco!
¡No arruguen la luz de su rostro,
no doblen el ramo de amapolas
de sus labios apenas entreabiertos!

Ella duerme, amores,
déjenme, sí, déjenme
sentir su aliento de violetas blancas
sobre mis mejillas desesperadas
y admirar su tenue pecho de niña
que se eleva y desciende con dulzura
de una ola matinal paso a paso transida
por la brisa de la aurora.


II

¡Es tan grande la soledad, amores,
tan caliente la tristeza caída
sobre el blancor del mantel
que espera la sonrisa
de un ángel!


III

No, no tengas miedo, mi amor,
mi corazón vela tu sueño
precioso y frágil
como una tasa antigua
de traslúcida porcelana China.

¡No, no tengas miedo,
mi vibrante campánula!
Aquella que no tiene nombre.


IV

¡Yo soy la memoria y el cuerpo
de un sueño milenario,
la llave de una caja de secretos
que en vano busca abrir
la muerte!


V

Tu rostro luminoso
que palpita sobre la nieve del silencio
es un espléndido idioma
en sí mismo,
mi amor!

París, 4 de mayo de 2008.


LIRIO Y ROSAS DE LOS CIELOS

A mi tío Alexandre.

“Y entonces yo fui erigido
hombre en memoria mía”
José Ángel Valente.

Las sombras de nuestros muertos se alejan como velas
deslizándose sobre el cristal de las aguas del océano
y en su viaje final la noche inmensa
en su abrazo astral
las acoge sollozando.

París, este 2 de mayo, Anno Christi MMVIII.

Acoge, Señor, en tu corazón misericordioso, el alma lilial de mi bien amado tío Alexandre, muerto a la edad de 20 años. Mi padre Nicolás Vantchev de Thracy tuvo dos hermanos: Michael, el mayor y Alexandre, el menor. Alexandre tuvo un fin trágico.

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